segunda-feira, 23 de abril de 2012

Los altos mandos de la época consideraron el ataque a Gernika como un éxito total

GUERNICA, DE PICASSO.

Ingo Niebel (Colonia, Alemania, 1965) era muy joven cuando oyó hablar por primera vez del bombardeo de Gernika y, desde entonces, ha investigado mucho sobre el tema. Al hilo del septuagésimo quinto aniversario del bombardeo, ha disertado sobre la posición de los alemanes respecto al ataque en las jornadas organizadas por Euskal Etxea de Berlín. "Hasta 1997 había dos bandos: el de los historiadores que reconocían que el ataque lo realizó la Legión Cóndor y el de los revisionistas." La entrevista la realizó Arantxa Elizegi.

Como a España, a Alemania le costó reconocer la verdad de lo sucedido en Gernika.

Sí. Piensa que hasta 1975 no se reconoció oficialmente que Gernika la bombardearon los aviadores de la Legión Cóndor. Ese año, a petición del gobierno de Bonn, el historiador militar Klaus A. Maier investigó los hechos y también reconoció que la Legión Cóndor fue la responsable del bombardeo.

¿Cuál fue la versión vigente hasta entonces?

Hasta la publicación del libro de Maier, había debate en torno a lo sucedido. Algunos decían que Alemania era la responsable, pero otros decían que también pudo ser un ataque cometido  por el ejército rojo. En ese aspecto, la versión del gobierno de Franco tuvo influencia, ya que arguyó que el pueblo fue destruido por incendios provocados por los rojo-separatistas. Pero a principios de la década de los setenta, diversos periodistas españoles, como Vicente Talón, empezaron a decir que el bombardeo fue una decisión de la Legión Cóndor por propia iniciativa y que Franco no lo supo hasta que ya era demasiado tarde. Por eso, en la República Federal Alemana se decidió investigar lo ocurrido.

Es comprensible que, después de la Segunda Guerra Mundial, las autoridades alemanas no quisieran admitir responsabilidad alguna en el bombardeo de Gernika, como tampoco quiso hacerlo Franco. Pero ¿cuál fue la posición del régimen hitleriano?

El debate en torno al bombardeo de Gernika tiene varios aspectos. En lo tocante a la política y la propaganda, las autoridades de Adolf Hitler negaron tener relación con el bombardeo, toda vez que, oficialmente, hasta junio de 1939 no había soldados alemanes en los territorios bajo dominio español. Es decir, hasta junio de 1939, la intervención de la Legión Cóndor en la península fue secreto de estado. Por tanto, Alemania no podía reconocer que había realizado bombardeos en el País Vasco y en los territorios españoles. Por otra parte, a partir de 1939, la propaganda no podía desmentir lo dicho hasta entonces y admitir la autoría alemana. Por ello, siguieron negando los hechos. Desde el punto de vista militar, el propio von Richthofen y los demás oficiales que dirigieron a la Legión Cóndor, así como varios responsables militares que investigaron posteriormente sobre el ataque, consideraron un éxito total el bombardeo de Gernika. Es decir, si bien tras la Segunda Guerra Mundial varios oficiales dijeron que se habían equivocado y que su verdadera intención era destruir el puente de Rentería, los responsables del momento explicaron claramente en los documentos de la época que consideraron la operación como una victoria. No obstante, los grupos antifascistas del exilio acusaron al régimen nazi desde el principio, empezando en 1937 y llegando hasta hoy.

¿Cuál es la posición de la Alemania actual?

Desde el punto de vista político, en Alemania ya no hay dudas sobre la responsabilidad del bombardeo. Ese debate existió aquí en la década de los noventa, pero todo acabó en 1997, cuando el entonces presidente federal, Roman Herzog, pidió perdón por lo cometido. Hasta entonces, empero, es cierto que había dos bandos: por un lado, el de los historiadores que reconocían que fue una acción de la Legión Cóndor, y, por el otro, el de quienes, agarrándose a la versión del régimen franquista, decían que el ataque lo cometieron los rojo-separatistas o, como mucho, argüían que fue un "error". Pero hoy en día la versión de los revisionistas está completamente desacreditada. En lo tocante al Estado español, sin embargo, existen graves problemas a la hora de hablar de su pasado franquista. La propia existencia del Valle de los Caídos y el hecho de conservar allí mismo los restos de José Antonio Primo de Rivera o de Francisco Franco resulta increíble en Alemania. Aquí sería impensable que se construyera en Berlín un mausoleo de homenaje en el lugar donde murió Hitler. También resulta increíble que no se haya convertido el Valle de los Caídos en archivo de los crímenes de la época franquista.

Ingo Niebel es historiador y periodista. Es colaborador del diario Junge Welt y corresponsal en Berlín del diario vasco Gara.

Traducción para www.sinpermiso.info: Daniel Escribano

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